¿Os habéis fijado en la nueva cepa del virus que nos asedia? ¿Se llama solidaridad? ¿Se llama conciencia social? ¿Cómo, coños, se llama? Lo mejor es no mentarlo; no hablar de ello, condenarla al silencio de los medios, de las redes...; de lo que no se habla, no existe.
Lo digo porque al final se apalancará entre nosotros, la gente eficiente y responsable, y tendremos que pagarla con nuestra riqueza.
PARA QUÉS
DE UN NEOLIBERAL PREOCUPADO
I
Es un axioma que la dignidad de la vida se la gana uno mediante el trabajo. Entonces, ¿para qué? -me pregunto yo- ¿para qué quiere seguir vivo un jubilado si ya no trabaja y... claro, su dignidad...?
Oye, que te digo lo mismo de cualquier otro que, alegando enfermedad, discapacidad o incapacidad u otro pretexto, se encuentre en la misma situación del jubilado.
¿No será para que -incurriendo en auténtico abuso- los demás tengamos que costeársela? ¡Mucho morro ¿No?
II
¿Para qué quiere un niño pobre servicios educativos? A ver, ¿para qué?
Es que… ¡Me indigna!
Vamos a ver: un niño pobre lo que quiere es comer o ¿no? Pues eso.
¡Luego a pagar con nuestros impuestos la vagancia de los padres!
¡Me indigna!
Oye, oye, y que cuando te digo un niño pobre, lo mismo te digo de un niño emigrante o emigrado… o como diablos, se diga.
III
Y después querrán que los vistamos también...
Que no sé para qué. Porque los niños de estas clases bajas son bien resistentes a las inclemencias del tiempo. Yo los he visto, ahí, en pleno invierno con el culo al aire, chapoteando en los charcos o correteando por la nieve... ¡y tan contentos!
Si los padres, no hacen nada, por algo será.